Investigaciones recientes muestran que los químicos
específicos en los alimentos, como el sulforafano, un fitoquímico en el
brócoli, trabajan con sus genes para aumentar los sistemas de defensa naturales
de su cuerpo, ayudando a inactivar las toxinas y los radicales libres antes de
que puedan causar el daño que conduce al cáncer, enfermedades cardiovasculares
e incluso envejecimiento prematuro.
Y la esperanza para el futuro es poder decirle a alguien a
qué enfermedades o enfermedades pueden estar genéticamente predispuestas desde
el principio, para que sus dietas puedan enfocarse en consecuencia. Sabremos
cuáles agregar, cuáles evitar y podremos desempeñar un papel proactivo en la
prevención o disuasión de una enfermedad genética. Mientras tanto, muchos alimentos
se han determinado para dar un golpe al proceso de envejecimiento.
El licopeno, el pigmento que enrojece los tomates, también
parece reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular, algunos tipos de cáncer
y degeneración macular. También se ha asociado a una mayor autosuficiencia en
adultos mayores. Mientras que los tomates frescos tienen un buen golpe de
licopeno, las formas más absorbibles se encuentran en los productos de tomate
cocidos, como la salsa de espagueti y la sopa y las salsas preparadas. La
toronja rosada, la guayaba, los pimientos rojos y la sandía también son ricos
en licopeno.
Comer al menos dos tazas de frutas naranjas como las
batatas, la calabaza y las zanahorias aumenta la ingesta de betacaroteno, que
se convierte en vitamina A, esencial para una piel y ojos sanos, y que también
puede reducir el riesgo de algunos tipos de cáncer, enfermedades
cardiovasculares y osteoporosis. La luteína y el licopeno, que también se
encuentran en los productos de naranja, también ayudan a reducir el riesgo de
degeneración macular y pueden proteger la piel del daño solar e incluso reducir
las arrugas. Los mangos y melones también están dotados de betacaroteno.
Y si no hace nada más para cambiar su dieta, coma
verduras de hojas verdes oscuras. Se ha demostrado que reducen
significativamente su riesgo de enfermedad cardíaca y también pueden
salvar su
vista. Las pautas dietéticas aconsejan al menos tres tazas de verduras a la
semana. Congelado o en bolsas es tan bueno como fresco.
No olvides tampoco el proceso de envejecimiento
mental. También se ha demostrado recientemente que los ácidos grasos omega 3
saludables para el corazón mantienen su cerebro activo. Un estudio reciente
encontró que una mayor ingesta de pescado graso redujo significativamente el
deterioro mental. Si el pescado fresco no es una opción, elija atún enlatado,
salmón y sardinas.
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